Los objetivos de una investigación sobre estrategias de aprendizaje pueden ser muchos, además del general de favorecer el aprendizaje. La mayoría de los estudios publicados hasta la fecha, desde que Rebecca Oxford y otros pusieran de moda la cuestión, a principios de los 90, han logrado identificar las estrategias que se utilizan con mayor o menor frecuencia entre una serie dada, han demostrado el uso más frecuente entre estudiantes de sexo femenino, han puesto de relieve la importancia de la motivación, el estilo de enseñanza recibido, el tipo de contexto (inmersión-L2 o LE) y la correspondencia entre el nivel de interlengua del aprendiente y la frecuencia de uso de estrategias. Asimismo, se ha demostrado que el empleo de estrategias nuevas aumenta el nivel de competencia lingüística y comunicativa, y a su vez un nivel alto facilita el empleo de nuevas estrategias: el movimiento es bidireccional.

El inventario más conocido y que más ha servido de referencia en estos estudios es el Strategy Inventory for Language Learning (SILL), de Rebecca Oxford (1989, 1990). No obstante a su indudable valor de referencia, se ha dado por hecho, tal vez demasiado precipitadamente, que la consecución o no de determinadas estrategias de aprendizaje tiene cierto carácter universal, independientemente de la multitud de factores que constituyen las culturas de aprendizaje. Efectivamente, esto es muy posible. Sin embargo, en la última década han surgido voces que reclaman una mayor atención a las culturas donde se desarrolla el aprendizaje de lenguas, ya que se ha observado la influencia de estas culturas, y concretamente los aspectos de la misma que se manifiestan en las aulas, en los procesos, acciones, expectativas e interacciones que se desarrollan en el aprendizaje y que definen las estrategias mismas (Cortazzi y Jin, 1996). Así, un inventario como SILL puede no ser completamente adecuado en culturas distintas a la que le dio luz, con un bagaje determinado sobre didáctica y adquisición de segundas lenguas que puede ser parcialmente conocido o llevado a la práctica sólo en la superficie.

 

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